So when you laugh... Do you say the devil made me do it lol
Well, I’ll split this up into two posts, but the party line does seem to be something like that.
(Translated using DeepL.)
Las almas de los violines 'negros'
Dr. Paloma Muñoz
(pages 155 - 156)
PDF: repositorio.unicauca.edu.co:8080/bitstream/handle/123456789/134/Las%20almas%20de%20los%20violines%20negros.pdf?sequence=1&isAllowed=y
Por eso en el Valle del Patía el violín y el diablo cohabitan transvalorados creativamente. Porque viven con ellos, en relaciones de uno y otro con los que interactúan. Elaboran e interpretan el violín, hacen música en una relación íntima espiritual, cósmica, con el alma de todos, en relación con la naturaleza, los seres no humanos, con el diablo, con los sonidos del agua, con los otros, en una relación musical colectiva, en la laboriosidad de su trabajo de ser agricultores. Soy agricultor ante todo, primero fui bailarín y luego pasé a ser músico y ahí me quedé componiendo canciones, dice Virgilio Llanos (2010), compositor de la agrupación Son del Tuno.
De ahí que, para algunos el diablo a veces es malo y a veces es bueno. "El diablo me da risa", nos comentó Lola Grueso, la maestra de la escuela Dos Ríos de Galíndez, Patía (2013), pero a medida que avanza en la conversación va modificando los conceptos:
El diablo es un espíritu tentador, hombre malo, se dedicó a enamorar a los hombres, pues ese enamoramiento de ofrecerles el poder porque el poder se usa en diferentes direcciones, hay el poder para servir y el poder para hacer el bien y el mal. En el poder del diablo es para hacer el mal. Se habló mucho del poder que tenía el diablo y en ese defecto, muchos hombres hicieron pacto con él, para hacer plata, fortuna, tener todo lo que quisieran a su alrededor. Por eso la historia del Patía está marcada y está como adornada de esa magia, de esos hombres como de esa época encantada diríamoslo así, en que en sitios especiales, ellos hicieron ese acuerdo con el diablo, en que el diablo les diera el poder de enamorar y conseguir las mujeres fueran soltera, casada o lo que fuera, de tener plata para hacer y deshacer, de tener fortuna, el de tener ganado, pues en la mayoría de casos estaba caracterizado por tener ganado, porque lo que les ha dado estatus al patiano ha sido el ganado, la vida del patiano ha estado enmarcada por eso.
Y no duda en aclarar que el diablo es malo pues es el que llegó de Occidente, pero en la conversación con la maestra Lola se ilumina su rostro y su expresividad corporal se transforma como si se ‘desdoblara’ en emoción, cuando empieza a narrarnos sobre ese embrujo, el empautamiento, que le da la identidad al Patía y más aún, lo que para el Estado y para la sociedad en general es malo, es delito, históricamente a los patianos los han relacionado con el abigeato o robo de ganado, ella lo reivindica como un hecho bueno, el de tener ganado, una donación del diablo que les da identidad, afirma Lola Grueso.
Precisamente en esa transvaloración, el ganado en el Valle del Patía ha tenido un gran significado, porque tener ganado, ha dado estatus al patiano, por eso el descarne, el robo de ganado, el abigeato en la concepción jurídica del Estado es un delito, a diferencia del negro patiano: el tener ganado, comer carne, ha tenido y tiene grandes connotaciones y significaciones como actividad para el desarrollo económico, social y cultural, como actividad defensiva de la vida de la población patiana. El ‘descarne’, ‘comer ganado’, como actividad destinada a la consecución de carne por parte de aquellos que, frente a la ruptura del anterior sistema de relaciones adaptativas del proceso colonial, vieron en el descarne o en otras de las expresiones del llamado abigeato una salida viable por medio de la cual dar respuesta a sus necesidades. (Ussa, 1987)